La leyenda del nudo gordiano
La ciudad de Gordión pertenece a la Frigia Helespóntica, de la que es capital, está bordeada por el río Sangarios que desemboca en el Ponto Euxino ( Mar Negro) y debe su nombre al mítico rey Gordio, padre del no menos mítico Midas.
Tras la toma de la ciudad, Alejandro Magno se dirigió al templo de Zeus, donde se conserva el carro de Gordio con su famoso nudo en el yugo, cuya tradición es la siguiente:
Gordio era un campesino que araba sus tierras con su yunta de bueyes cuando un águila se posó sobre el yugo y continuó allí hasta que Gordio terminó su faena ( existen otras versiones, donde comenzaron a revolotear sobre él toda clase de aves) . Cuando terminó su labor, Gordio se dirigió a la ciudad a consultar a los adivinos el significado de este hecho.
A las puertas de la ciudad encontró a una muchacha que era de familia adivina, ella le aconseja que vuelva al lugar y realice un sacrificio a Zeus Rey, pues se le pronostica un reino. La chica acompaña a Gordio, le indica la forma correcta de realizar el sacrificio y Gordio contrae matrimonio con ella, de cuyo enlace, nace el mítico Midas.
La guerra civil asolaba Frigia y, consultado sobre la solución, un oráculo explica que ésta viene de la elección de un rey y, en cuanto a su persona, ordena coronar al primero que se dirija al templo de Zeus en un carro, entonces, apareció Gordio y lo coronaron rey y él, en agradecimiento, hizo donación al templo del carro que lo transportó.
El carro tenía un yugo sujeto con un nudo del tal complejidad que su desenlace era prácticamente imposible. Estaba formado por gran cantidad de nudos entrelazados, de manera que ni se veían sus cabos ni se podía distinguir el atado.
La leyenda mantenía que quien fuese capaz de deshacer el nudo, conquistaría el imperio de Asia. Esta tradición, fue una oportunidad propagandística para Alejandro Magno que estudió la situación, así que intentó desatarlo de diferentes maneras, todas ellas fracasadas y, ante la posibilidad de que el oráculo se volviese en su contra y perder prestigio entre sus hombres, decidió desenvainar la espada y cercenar de un tajo, profiriendo :
" ¡ Ya está desatado ! "
Sin embargo, existen otras versiones sobre este suceso en Frigia, según dicen, Alejandro Magno retiró la sujeción ( o clavija ) de la lanza del carro, separando éste del yugo y, posteriormente, sujetando el yugo, logró deshacer el nudo.
De todos modos, sea cual sea la verdadera historia, entre la leyenda del nudo gordiano y la vida de Alejandro Magno (o el cruce de los dos relatos), los macedonios quedaron convencidos de que el oráculo se había cumplido y tenían expedito el camino del imperio de Asia
*Midas fue un rey de fabulosas riquezas, a quien Diónisos concedió el don de convertir en oro todo lo que tocaba.
Tras la toma de la ciudad, Alejandro Magno se dirigió al templo de Zeus, donde se conserva el carro de Gordio con su famoso nudo en el yugo, cuya tradición es la siguiente:
Gordio era un campesino que araba sus tierras con su yunta de bueyes cuando un águila se posó sobre el yugo y continuó allí hasta que Gordio terminó su faena ( existen otras versiones, donde comenzaron a revolotear sobre él toda clase de aves) . Cuando terminó su labor, Gordio se dirigió a la ciudad a consultar a los adivinos el significado de este hecho.
A las puertas de la ciudad encontró a una muchacha que era de familia adivina, ella le aconseja que vuelva al lugar y realice un sacrificio a Zeus Rey, pues se le pronostica un reino. La chica acompaña a Gordio, le indica la forma correcta de realizar el sacrificio y Gordio contrae matrimonio con ella, de cuyo enlace, nace el mítico Midas.
La guerra civil asolaba Frigia y, consultado sobre la solución, un oráculo explica que ésta viene de la elección de un rey y, en cuanto a su persona, ordena coronar al primero que se dirija al templo de Zeus en un carro, entonces, apareció Gordio y lo coronaron rey y él, en agradecimiento, hizo donación al templo del carro que lo transportó.
El carro tenía un yugo sujeto con un nudo del tal complejidad que su desenlace era prácticamente imposible. Estaba formado por gran cantidad de nudos entrelazados, de manera que ni se veían sus cabos ni se podía distinguir el atado.
La leyenda mantenía que quien fuese capaz de deshacer el nudo, conquistaría el imperio de Asia. Esta tradición, fue una oportunidad propagandística para Alejandro Magno que estudió la situación, así que intentó desatarlo de diferentes maneras, todas ellas fracasadas y, ante la posibilidad de que el oráculo se volviese en su contra y perder prestigio entre sus hombres, decidió desenvainar la espada y cercenar de un tajo, profiriendo :
" ¡ Ya está desatado ! "
Sin embargo, existen otras versiones sobre este suceso en Frigia, según dicen, Alejandro Magno retiró la sujeción ( o clavija ) de la lanza del carro, separando éste del yugo y, posteriormente, sujetando el yugo, logró deshacer el nudo.
De todos modos, sea cual sea la verdadera historia, entre la leyenda del nudo gordiano y la vida de Alejandro Magno (o el cruce de los dos relatos), los macedonios quedaron convencidos de que el oráculo se había cumplido y tenían expedito el camino del imperio de Asia
*Midas fue un rey de fabulosas riquezas, a quien Diónisos concedió el don de convertir en oro todo lo que tocaba.
El vidrio en el arte
El vidrio andaluz se ha considerado de gran importancia, por su aportación a la vidriería de la Península Ibérica y, precisamente,por su ubicación en la misma, tuvo influencia de otras culturas, como la musulmana.
En Sevilla también hubo hornos de vidriería durante el siglo XVI, que contribuyó a la economía local y, es importante recalcar que Sevilla se encontraba entre los puertos principales, que comerciaban con el Nuevo Mundo, facilitando la exportación de sus productos.
El vidrio se utiliza para cubrir ventanas desde el siglo I. Pero antes del vidrio, los romanos usaban el lapis specularis, un yeso selenítico cuyas minas más importantes se localizaban en Segóbriga ( Cuenca ) .
En Sevilla también hubo hornos de vidriería durante el siglo XVI, que contribuyó a la economía local y, es importante recalcar que Sevilla se encontraba entre los puertos principales, que comerciaban con el Nuevo Mundo, facilitando la exportación de sus productos.
El vidrio se utiliza para cubrir ventanas desde el siglo I. Pero antes del vidrio, los romanos usaban el lapis specularis, un yeso selenítico cuyas minas más importantes se localizaban en Segóbriga ( Cuenca ) .
La llanura de Mecone
Zeus ocupa el trono del Universo, el mundo está en orden. Los dioses se han enfrentado entre sí y algunos de ellos han vencido.
Todo lo que había de malvado en el cielo etéreo ha sido expulsado, algunos encerrados en el Tártaro y otros fueron enviados a la Tierra, entre los mortales. Pero ¿qué les ocurre a los hombres, qué es de ellos ?
Todo lo que había de malvado en el cielo etéreo ha sido expulsado, algunos encerrados en el Tártaro y otros fueron enviados a la Tierra, entre los mortales. Pero ¿qué les ocurre a los hombres, qué es de ellos ?
La historia no comienza con el origen del mundo, sino en el momento que Zeus ya es rey, en una época en que el mundo divino se ha estabilizado. Los dioses no viven sólo en el Olimpo, sino que comparten con los humanos algunas zonas de tierra.
Hay un lugar especial en Grecia, cerca de Corinto, la llanura de Mecone, donde dioses y hombres viven mezclados. Comparten las mismas comidas, se sientan a las mismas mesas y celebran banquetes juntos.
La llanura de Mecone es una tierra rica y fértil, allí todo florece espontáneamente. La época en que los dioses y los hombres aún no se habían separado fue una edad de oro.
La edad de oro, así se denomina, a veces, la época de Cronos, anterior al tiempo en que se inicia la lucha entre Cronos, aliado con los Titanes, y Zeus, apoyado por los Olímpicos. El mundo divino todavía no había sido desgarrado por la violencia.
Es la paz, un tiempo anterior al tiempo.
Hay un lugar especial en Grecia, cerca de Corinto, la llanura de Mecone, donde dioses y hombres viven mezclados. Comparten las mismas comidas, se sientan a las mismas mesas y celebran banquetes juntos.
La llanura de Mecone es una tierra rica y fértil, allí todo florece espontáneamente. La época en que los dioses y los hombres aún no se habían separado fue una edad de oro.
La edad de oro, así se denomina, a veces, la época de Cronos, anterior al tiempo en que se inicia la lucha entre Cronos, aliado con los Titanes, y Zeus, apoyado por los Olímpicos. El mundo divino todavía no había sido desgarrado por la violencia.
Es la paz, un tiempo anterior al tiempo.
Los hombres tienen su espacio, comparten el festín de los dioses, no conocen ninguno de los males que abruman actualmente a la raza de los mortales, los efímeros, los que viven al día sin saber qué ocurrirá mañana ni sentir una auténtica continuidad con lo que ocurrió ayer.
En esa época los hombres permanecían siempre jóvenes y sus miembros no envejecían. No existía el nacimiento, posiblemente surgían de la Tierra, es posible que Gea, la Tierra madre, los hubiera parido, de la misma manera que había parido a los dioses... pero estaban allí, mezclados con los dioses.
En aquella época los hombres permanecían jóvenes, no conocían el nacimiento ni la muerte, no estaban sometidos al tiempo...al cabo de centenares, incluso millares de años, siempre semejantes a lo que eran en la flor de la edad, se dormían y desaparecían igual que habían aparecido. Ya no estaban allí, pero no era la muerte.
Tampoco existía la enfermedad ni el dolor, los hombres no tenían que labrar la tierra: en Mecone todos tenían a su alcance los alimentos que desearan. No sólo se encuentran allí todos los alimentos y todas la viandas, sino que las mieses crecen sin ser cultivadas y los manjares ya se les ofrecen cocinados.
Las mujeres todavía no han sido creadas, existe lo femenino, hay diosas, pero la mujeres mortales aún no han sido creadas. No existe la unión sexual. A partir del momento en que un hombre, para tener un hijo, debe unirse a una mujer, el nacimiento y la muerte se convierte en patrimonio de la humanidad. El nacimiento y la muerte son los dos estadios que conforman una existencia...para que no exista la muerte, hay que eliminar también el nacimiento.
En Mecone los dioses y los hombres viven juntos, están mezclados, pero llega el momento de la separación...ésta se produce después de que los dioses hayan celebrado su gran reparto. Han resuelto mediante la violencia la cuestión de los honores y los privilegios reservados a cada uno de ellos. El reparto entre los Titanes y los Olímpicos ha sido el resultado de la lucha...
Una vez terminado el primer reparto, los Olímpicos han mandado a los Titanes al Tártaro, han cerrrado las puertas de esta prisión subterránea y tenebrosa y , después, se han instalado colectivamente en lo alto de cielo. Se tenía que resolver los problemas surgidos entre ellos...Zeus está encargado de efectuar el reparto de los poderes, pero ya no con la violencia brutal, sino gracias a un acuerdo consensuado entre todos los Olímpicos.
El universo, los dioses, los hombres
Jean- Pierre Vernant
En esa época los hombres permanecían siempre jóvenes y sus miembros no envejecían. No existía el nacimiento, posiblemente surgían de la Tierra, es posible que Gea, la Tierra madre, los hubiera parido, de la misma manera que había parido a los dioses... pero estaban allí, mezclados con los dioses.
En aquella época los hombres permanecían jóvenes, no conocían el nacimiento ni la muerte, no estaban sometidos al tiempo...al cabo de centenares, incluso millares de años, siempre semejantes a lo que eran en la flor de la edad, se dormían y desaparecían igual que habían aparecido. Ya no estaban allí, pero no era la muerte.
Tampoco existía la enfermedad ni el dolor, los hombres no tenían que labrar la tierra: en Mecone todos tenían a su alcance los alimentos que desearan. No sólo se encuentran allí todos los alimentos y todas la viandas, sino que las mieses crecen sin ser cultivadas y los manjares ya se les ofrecen cocinados.
Las mujeres todavía no han sido creadas, existe lo femenino, hay diosas, pero la mujeres mortales aún no han sido creadas. No existe la unión sexual. A partir del momento en que un hombre, para tener un hijo, debe unirse a una mujer, el nacimiento y la muerte se convierte en patrimonio de la humanidad. El nacimiento y la muerte son los dos estadios que conforman una existencia...para que no exista la muerte, hay que eliminar también el nacimiento.
En Mecone los dioses y los hombres viven juntos, están mezclados, pero llega el momento de la separación...ésta se produce después de que los dioses hayan celebrado su gran reparto. Han resuelto mediante la violencia la cuestión de los honores y los privilegios reservados a cada uno de ellos. El reparto entre los Titanes y los Olímpicos ha sido el resultado de la lucha...
Una vez terminado el primer reparto, los Olímpicos han mandado a los Titanes al Tártaro, han cerrrado las puertas de esta prisión subterránea y tenebrosa y , después, se han instalado colectivamente en lo alto de cielo. Se tenía que resolver los problemas surgidos entre ellos...Zeus está encargado de efectuar el reparto de los poderes, pero ya no con la violencia brutal, sino gracias a un acuerdo consensuado entre todos los Olímpicos.
El universo, los dioses, los hombres
Jean- Pierre Vernant
Parece como el bombardeo de un B-52 hubiera arrasado la ciudad que lleva el nombre de Madre de los Escorpiones. Me deslizo a gatas por la pendiente de unos cráteres de seis metros de profundidad tratando de identificar una de las más importantes ciudades de la civilización. Pero los ladrones ya han hecho su trabajo, rompiéndolo o robándolo todo.
En un área de quince kilómetros cuadrados han cavado, destrozado y excavado materialmente el propio suelo de la antiguedad, destruyendo el inapreciable legado de Mesopotamia.
Los palacios sumerios, las fachadas de los templos, los grandes pilares, las lámparas de aceite, las enormes vasijas, las bandejas y platos preciosamente dibujados, todo ha quedado reducido a añicos. Después de tres horas de deambular metido hasta los tobillos entre fragmentos de platos y ladrillos hechos a mano, encontré una grande y hermosa vasija de arcilla verdosa. Uno de nuestros antepasados –no pude evitar pensar, uno de mis antepasados– había trabajado en esta pieza hace más de 4.000 años. Presentaba una ligera muesca en el fondo, tal vez por donde la mano del artesano se había deslizado, y un esbelto cuello que quizá sus dedos habían acariado muchas veces, coronado por un fino labio cerrando su boca, que las manos del artífice habían cerrado tanto que parecería que se hubieran casi unido en una plegaria
Caí en la cuenta, entonces, de que el extremo superior de esta preciosa obra se había quebrado y, sólo al levantarla con gran cuidado, descubrí la magnitud de la atrocidad de la conducta del saqueador. Esta perfecta e intacta obra de arte, este tesoro del pueblo que inventó la escritura –que nos dio la primeras leyes, el calendario, las matemáticas y la rueda, así como la gran epopeya de Gilgamesh –, había sido arrojada a un lado por los saqueadores, tirada descuidadamente por una pendiente abajo y quebrada en dos.
La Madre de los Escorpiones – Um Alka-rab – es un área llamada Jokhr, nombre de la aldea más cercana de los tiempos actuales, a unos 60 kilómetros al oeste de Nasiriya, aunque a decir verdad nada en ella merece el calificativo de moderno. Las casas de adobe, con sus vigas de madera que asoman en la pared y sus reducidos huertos, son casi idénticas a las de los sumerios que aprendieron, tal vez hace 7.000 años, a irrigar sus tierras mediante canales y zanjas que llevaban las aguas del Tigris al desierto. Aún están aquí los canales.
(...)
Robert Fisk
Um Alkarab, "la Madre de los Escorpiones"
The Independent
2003
En un área de quince kilómetros cuadrados han cavado, destrozado y excavado materialmente el propio suelo de la antiguedad, destruyendo el inapreciable legado de Mesopotamia.
Los palacios sumerios, las fachadas de los templos, los grandes pilares, las lámparas de aceite, las enormes vasijas, las bandejas y platos preciosamente dibujados, todo ha quedado reducido a añicos. Después de tres horas de deambular metido hasta los tobillos entre fragmentos de platos y ladrillos hechos a mano, encontré una grande y hermosa vasija de arcilla verdosa. Uno de nuestros antepasados –no pude evitar pensar, uno de mis antepasados– había trabajado en esta pieza hace más de 4.000 años. Presentaba una ligera muesca en el fondo, tal vez por donde la mano del artesano se había deslizado, y un esbelto cuello que quizá sus dedos habían acariado muchas veces, coronado por un fino labio cerrando su boca, que las manos del artífice habían cerrado tanto que parecería que se hubieran casi unido en una plegaria
Caí en la cuenta, entonces, de que el extremo superior de esta preciosa obra se había quebrado y, sólo al levantarla con gran cuidado, descubrí la magnitud de la atrocidad de la conducta del saqueador. Esta perfecta e intacta obra de arte, este tesoro del pueblo que inventó la escritura –que nos dio la primeras leyes, el calendario, las matemáticas y la rueda, así como la gran epopeya de Gilgamesh –, había sido arrojada a un lado por los saqueadores, tirada descuidadamente por una pendiente abajo y quebrada en dos.
La Madre de los Escorpiones – Um Alka-rab – es un área llamada Jokhr, nombre de la aldea más cercana de los tiempos actuales, a unos 60 kilómetros al oeste de Nasiriya, aunque a decir verdad nada en ella merece el calificativo de moderno. Las casas de adobe, con sus vigas de madera que asoman en la pared y sus reducidos huertos, son casi idénticas a las de los sumerios que aprendieron, tal vez hace 7.000 años, a irrigar sus tierras mediante canales y zanjas que llevaban las aguas del Tigris al desierto. Aún están aquí los canales.
(...)
Robert Fisk
Um Alkarab, "la Madre de los Escorpiones"
The Independent
2003
El árbol como símbolo de conocimiento
|
(…)
Yo compraré algunas ovejas y todas las demás cosas que al pastoral ejercicio son necesarias, y llamándome yo el pastor Quijótiz y tu el pastor Pancino, nos andaremos por los montes, por las selvas y por los prados, cantando aquí, endechando allí, bebiendo de los líquidos cristales de las fuentes, o ya de los limpios arroyuelos o de los caudalosos ríos. Daránnos con abundantísima mano de su dulcísimo fruto de las encinas, asiento los troncos de los durísimos alcornoques, sombra los sauces, olor las rosas, alfombras de mil colores matizadas los estendidos prados, aliento el aire claro y puro, luz de luna y las estrellas, a pesar de la oscuridad de la noche, gusto el canto, alegría el lloro, Apolo versos, el amor conceptos, con que podremos hacernos eternos y famosos, no sólo en los presentes, sino en los venideros siglos. (…) Miguel de Cervantes - Don Quijote de la Mancha De la resolución que tomó el caballero don Quijote de hacerse pastor y seguir la vida del campo. |
El Tsunami de 2004 : diez años después
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